La gasolina siempre ha sido el combustible de los automovilistas. La evolución tecnológica de este producto, junto con la de los motores de ciclo Otto, garantiza un excelente rendimiento y un impacto ambiental limitado.
El gasóleo es el combustible del motor que se ha beneficiado del desarrollo tecnológico de los motores de combustión interna propulsados por diésel.